27 abr 2021

 El emblemático grupo, en un show en formato teatro de una hora y media, recorrió sus éxitos y también presentó su último material: “Es así”




Cuarenta minutos después de que la banda local Debieras Pitar abriera el juego, a las 20.30, Germán Daffunchio, Gabriela Martínez y compañía subieron al escenario del Prado, en Villa Nueva, para desandar sus “Versiones” (nombre de la gira y el show).

Así, en una hora y media, Las Pelotas, uno de los tanques que todavía tiene nuestro rock nacional, recorrió sus mejores canciones y también aprovechó la ocasión para darle mayor presencia a “Es así”, su nuevo disco, el cual no tuvo mucho recorrido durante 2020 (año de lanzamiento) por públicos motivos de pandemia.

Con “Nunca te jugaste”, los protagonistas marcaron desde un primer momento lo que iba a ser la constante: una banda más bien estática, sentada y, de vez en cuando, algún músico atinaba a pararse para delicia de los asistentes.

Con localidades agotadas (se permite un aforo del 50%, sentados, distanciados y con tapabocas) y siempre atentos al protocolo, el anochecer villanovense vivió una fecha para recordar ya que durante 2014, cuando sonaron en el Club Ameghino con 4x4, la cuestión fue bien distinta.

Cerca de las 21 llegó el turno de “Más de todo” y, seguido a esto, un Daffunchio completamente vestido de negro agradeció estar en la ciudad y confesó: “Ahora vamos a tocar algunas canciones que no pudimos tocar en vivo”. De este modo se le abrió la puerta a “Las voces”, “Mirá”, “Díselo”, Ya lo sabés” y Es así”, todas correspondientes al último álbum.

También hubo tiempo para reversionar “Era” y “Nada es real” del material “Brindando por nada” (2016).

Justo cuando la gente comenzaba a solicitar mayor movimiento, llegó el poder que le quitó la intimidad del formato teatral y acercó a los seguidores a los añorados recitales: “Bombachitas rosas” fue la antesala que después continuaría con “Personalmente”, “Cuántas cosas” y “Siempre estará”.

 

“Se pueden hacer espectáculos”

El intercambio del vocalista con el público fue constante, y en ese ida y vuelta también aprovechó para agradecer por “lo bien que se portaron”.

“Está bueno poder demostrarles a los poderosos que se pueden hacer espectáculos y que podemos seguir... a pesar de todo”, expresó.

 Fueron 20 en total las canciones que sonaron en el escenario. Y, a pesar de que algún ambicioso esperara alguna más, se cumplió con lo esperado. Es que siempre va a “faltar algo” en una presentación tan esperada de una banda que tiene tantos años (nació en 1988).

Ya cerca del ocaso, “Cuando podrás amar”, “Será” y “Cerca de las nubes” fueron parte de un epílogo que se completó con “Capitán América” y “Brillan (shine)” de “Corderos en la noche”.

Ya cuando nada parecía agregarle un gramo de sorpresa, la formación tenía un as bajo la manga: “El ojo blindado”. El mítico punk rock que parece traer a Luca Prodan personificado, fue interpretado como pieza final. Una pieza de agradecimiento y emoción para varios que quisieron levantarse disparados de sus sillas, pero no pudieron, claro... el rock hoy tiene protocolo (y así debe ser).

Si bien la pandemia no terminó, y queda mucho por desandar, siempre se celebra que la música reúna a la gente, a los artistas y que el intercambio y las gracias se den en persona.

“En Córdoba nos sentimos locales”, le habían expresado a El Diario los integrantes de la banda (Schachtel, Jove y Gómez) hace días atrás, y es real. Es que, más allá de grabar, ensayar y prácticamente nacer en las sierras, todavía queda un halo de misterio y magia que sobrevuela en cada presentación.


Publicado en El Diario del Centro del País 


 Con un apellido potente, que la conecta directamente con Ulises, Rodrigo y el cuarteto mismo, Magui Olave, “la voz femenina del cuarteto”, llega con toda su música esta noche desde las 21 a La Parrilla de Arias (Italia 1050, Villa Nueva).

Con su segundo disco “Aprender a volar” sonando y el tercero en camino, la cantante presentará un repertorio nutrido y celebra que día a día más personas disfruten de la propuesta.





Respecto a lo que se vivirá hoy, la cuartetera dialogó con El Diario y se expuso expectante.

-¿Qué se espera para esta noche?

-Esperamos que nuestra propuesta le guste a la gente. Estamos preparando un show diferente, y cuando me refiero a “diferente” quiero decir que siempre armamos un repertorio según el lugar al que vamos. Si el lugar se repite lo modificamos, y si es la primera vez tenemos algo bastante completo y un poco más extenso para poder meter la mayoría de las canciones que venimos haciendo en general.

-¿Cómo estuvo “Aprender a volar”?

-Nos agarró un poco por sorpresa la pandemia, justo cuando estábamos por presentar el segundo disco. El material no pudo salir a la venta, pero la cuarentena nos sirvió para trabajar desde casa y realmente, a pesar de todo, nos benefició para que puedan conocer el disco más profundamente (a través de las formas digitales), y para nosotros fue un 2020 bastante productivo.

-La difusión fue distinta, entonces. ¿Se notó un salto?

-Terminamos teniendo más reproducciones en lo digital. Siempre al disco lo sacamos en formato físico por la cuestión simbólica, pero lo subimos a las redes y pudimos comprobar qué cantidad de reproducciones tiene y eso nos ayuda a los artistas controlar qué tanto le gusta a la gente lo que uno hace.

-¿Ayuda el feedback? ¿o condiciona?

-Sirve. Y es porque da la pauta de lo que le gusta a la gente. Por ahí podemos ver un poco más el estilo que tenemos y siempre está bueno estar atentos a lo que las personas van escuchando con mayor atención. Es un parámetro que tenemos todos los días a la vista para saber si es por ese camino o no.

-¿Te hacés cargo con la definición “la voz femenina del cuarteto”?

-No, la realidad del slogan y el hashtag es que cuando tuve que plotear la camioneta con mi cara y con nombre, quería que la gente supiera que yo hacía cuarteto. Se veía solamente una chica cantando y no se sabía qué. Lo pusimos para diferenciarlo de otro género.

-¿Cómo es ganar espacio en un género mayormente ocupado por hombres?

-Es un trabajo de hormiga que se vino haciendo, sobre todo en la cuarentena. Nos pusimos como objetivo aumentar los seguidores y que a la gente le guste lo que uno sube. Entonces, creo que es un trabajo que vamos haciendo todos los días. No hay que descuidarlo, está bueno mostrar otras cosas que por ahí no se exponen, como por ejemplo la producción, la grabación y llama la atención.

-¿Cómo se elabora esa universalidad de llegar a tantas personas?

-Yo venía de tocar con Ulises (entre selección y selección), él me dio un lugar bastante grande cuando arranqué con mi banda en sus shows. Luego me lancé un poco más con los temas propios y dedicados a la mujer. Mi camino fue acercarme a la mujer, que es el público más difícil. El hombre, por naturaleza, es más fácil de conquistar. La idea es llegar a representar una canción para que ella se sienta identificada y es un trabajo de producción... desde escribir hasta subir un video. Siempre hay algo por lo que uno pretende hacer las cosas. Que hoy tengamos un público mixto, pero que el 80% sean mujeres, es un gran logro porque esa era la intención.

-Durante años has recorrido diversos géneros musicales. ¿Este te queda más cómodo?

-No sé si es el más cómodo, cantar cuarteto no es fácil, pero es lo que más siento, disfruto y me gusta. Si bien he hecho otros ritmos, en este siento que soy yo y doy todo de mí, entonces siento que es el que tiene que ser.

-Y te has conseguido un nombre propio...

-Nos costó muchísimo porque mi imagen estaba pegada a Ulises, el apellido te ata a la familia y traté de separarme. Si bien compartimos escenarios y siempre le agradezco el apoyo que él me dio, siempre quise hacerme camino como cualquier banda que recién arranca: sin tener beneficios por el apellido.


Publicado en El Diario del Centro del País 


2 feb 2021

 Nacido en la ciudad en 1874, se recibió de abogado en la UNC y su presidencia en la Cámara de Diputados lo elevó hasta el mayor cargo provincial



Los amantes y conocedores de la historia villanovense recordaron el pasado viernes 22  a Absalón Doncel Casas, villanovense nacido en 1874 y único gobernador cordobés nacido en tierras donde tanto ha pasado y pasará.

 

Un poco de historia

Volando hacia atrás en el tiempo, Casas cursó sus estudios en el Colegio Nacional de Rosario (la primera escuela rosarina)  y más tarde estudió Abogacía en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), tradicional casa de altos estudios de la cual egresó como letrado 1899.

El jurista además fue nombrado profesor suplente de la cátedra de legislación industrial y agrícola.

Por aquellos tiempos de mocedad también publicó un manifiesto en el extinto diario local “Los Principios”. Fue en septiembre 1897, refiriéndose a un conflicto por la acequia con Villa María.

Instalado en La Docta, Casas ocupó diversos puestos en la administración municipal y mantuvo una activa vida política. Fue concejal en la ciudad de Córdoba, secretario general del ejecutivo y desde el 5 de marzo de 1908, secretario de la Comisión Administradora formada por la intervención provincial.

En 1910 asumió como diputado provincial por el departamento Punilla, siendo presidente de la Cámara hasta el año siguiente; esto último traería consigo un hecho trascendental.

 

El arribo

Justamente, la presidencia de la Cámara de Diputados, fue el camino por el que llevó a ser gobernador interino de Córdoba, entre el 30 de abril y el 17 de mayo de 1910; ocupando  durante 16 días lugar de Manuel Ordóñez (también de paso fugaz) y siendo predecesor de Félix Garzón y Manuel Peña Vidal, que habían ganado en los comicios al no tener oponentes.

Es importante destacar que por aquellos momentos existía un intríngulis institucional en medio de  incidentes políticos, intervención de la nación, renuncias y asunciones.

La renuncia del vicegobernador demócrata Jerónimo Del Barco un par de años antes (en 1908)  había también acotado el camino de Casas hacia el sillón.

Luego de las elecciones que definieran las autoridades en los meridianos cordobeses, el villanovense viajó hacia Rosario, provincia de Santa Fe, donde ingresó al poder judicial en la Cámara de Apelaciones.

En el litoral, formó parte la comisión reformadora de las leyes procesales de Santa Fe y presidió la cámara de apelaciones en tres oportunidades desde 1912 y hasta su retiro en 1932).

 

Los últimos días

Con Dominga Vásquez como esposa, un 3 de junio de 1947, a los 73 años, el hombre dejaría de existir en la misma Rosario  dejando a diez hijos, de los cuales Absalón Domingo, fue catedrático, docente y legislador provincial; el menor, Gustavo Adolfo, fallecido el 31 de marzo del 2014 a los 94 años, mientras estaba hospedado en el Colegio Máximo de San Miguel, dada su condición de sacerdote Jesuita y Julio Argentino, abogado, alcanzó la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe.

Los documentos también hablan de discusiones  de Casas con acusaciones cruzadas, y es arena de otro costal.

 

José Victorio López

Es importante no olvidar en este artículo a José Victorio López, quien también fuera gobernador cordobés en 1852 y se convirtiera en villanovense “por adopción” ya que había nacido en Córdoba pero se afincó en la ciudad.

Sus restos permanecen en el cementerio San José, pero esa es otra historia.


Publicada en El Diario del Centro del País




 El domingo del Día de la Madre el chofer de colectivo se encontró con el cuadro de una mujer al borde del suicidio. “¿Nadie va a hacer nada?”, se preguntó. No dudó, bajó y le salvó la vida



Hace un par de minutos Juan Echegaray (36) acaba de bajarse del 17 B, es el fin de su turno. Es chofer de transporte urbano y el lunes no es un día más para él, mucho menos tras el domingo que le tocó transitar.

“Esta mañana me levanté exaltado, acelerado”, comentó en diálogo con El Diario.

Durante la tarde del pasado domingo, con motivo del Día de la Madre, Juan iba a visitar el cementerio junto a su familia en su auto particular. Como en tantas ocasiones sucede, el tránsito se detuvo tras la baja de las barreras y el inminente paso del tren.

Allí, en medio de la espera, mientras el hombre dialogaba con su esposa Melina y sus hijos Martina (7) y Agustín (2), observó que una mujer estaba parada sobre las vías con poca intención de moverse. Sin dudas la fatalidad se acercaría, pero su reacción cambió el rumbo de la tarde y de la vida de aquella persona.

“Fue en Vélez Sarsfield y Sabattini, yo estaba esperando que pase el tren. Mi auto estaba segundo en la fila (había uno adelante). Entonces veo a una mujer parada en las vías, bien en el medio. Le comenté la situación a mi señora, pero ella pensaba que la mujer estaba parada en una aledaña por donde no pasaba la máquina”.

Aun así, el pensamiento de Juan (padre de tres hijos) era acertado. Se condecía con el notorio sonido de la bocina del motorman que solicitaba que tal persona se apartase de la zona de tránsito.

“El tren se encontraba en ese momento a 100 metros, una cuadra. Ahí, mientras pensábamos en proteger a los nenes, haciendo que miren para abajo y no vean, no lo pensé y salí”, confiesa el entrevistado.

A ciencia cierta, el hombre sí pensó. “Pensé por dentro mío, sin decir nada: ‘¿No vamos a hacer nada? ¿Vamos a ver eso?’”.

“Abrí la puerta y salí corriendo. Entonces le empecé a decir: ‘¡Señora, salga de ahí!’. Ella estaba parada, y cuando me escuchó empezó a caminar más rápido en el mismo sentido que el tren, por las vías”.

En ese instante, el chofer destaca que algo le estaba diciendo la mujer, aunque no pudo entenderlo por el estruendo que generaba el inminente paso del vehículo de gran porte. “No había más tiempo: me abalancé, la abracé y la saqué”, resumió.

“En eso bajó otra persona de un vehículo de enfrente y le pedí que la agarre, porque yo no tenía más fuerzas... No la quería soltar por la cuestión de que se fuera de nuevo”.

La mujer, de aproximadamente unos 45, 50 años, estaba sola y tras aquel hecho sólo enfiló nuevamente hacia el bulevar y se perdió en el horizonte.

 

El paso a nivel donde se produjo el incidente (captura de pantalla de Google Maps)

 

“Estaba tratando con la muerte”

Pero la historia no finaliza ahí ni mucho menos. Tras saltar hacia el otro lado de las vías, su familia (que había quedado dentro del auto) no volvía a verlo ya que el tren detenido les impedía una cuestión visual.

“Estaban preocupados, con lágrimas en los ojos”, sostuvo.

En cuanto al día después de un hecho que lo marcó, el hombre sostuvo: “Anoche dormí a los saltos. Esta mañana, cuando sonó la alarma, pegué un salto de la cama y desperté al bebé... te levantás alborotado”.

“Me siento bien, medio raro. Si bien soy católico por la familia, no voy todos los domingos a la iglesia,  cuando la saqué a ella pensé que estaba tratando con la muerte”. El sano orgullo que contiene hoy el trabajador del volante se condice con la de su pequeña hija: “Está feliz, la llevé hoy (por ayer) y se ponía alegre porque me hicieron notas; para ella soy un héroe”.

Rememorando la situación, y siendo el único que decidió salir en búsqueda de proteger al prójimo, reflexionó: “Había autos, pero me bajé. Creo que atinan a darse vuelta a no mirar  la situación en vez de hacer algo”.

“No sé por qué me nació, abrí la puerta y salí corriendo. Lo hacés porque te nace, a otras personas les nacen otras cosas. Cuando ya volví abrían las puertas los autos y la gente me preguntaba, pero nadie las abrió para salir a ayudar.

En el breve diálogo que pudo tener con la mujer, en medio de la vorágine, él solo le explicó que “no era la forma”. Asimismo relacionó el hecho con su quehacer diario: “En el trabajo uno ve muchas cosas. En el colectivo te encontrás a gente discapacitada y son personas que la siguen remando. ¿Cuál es el problema tan grande que no se puede solucionar? Ahí le pasás el problema a otro”.

El cierre de la historia también lo tiene al maquinista, que el domingo no pudo tener un diálogo amplio por cuestiones obvias, pero hablaron durante la mañana de ayer. “Me agradeció. El tuvo dos situaciones como ésta que no terminaron felizmente”. “Me comentó que estuvo con carpeta psiquiátrica y demás”, redondeó Echegaray, mientras terminó de acomodar sus cosas para descansar ya que en pocos minutos debía volver al ruedo.

 Publicada en El Diario del Centro del País



 María de los Angeles Lasa, en su muestra “Las últimas fronteras del socialismo”, visitó dos puntos, álgidos, simbólicos y lejanos a la zona de confort. A pesar de ser esta la primera muestra de la villamariense, el impacto genera un recorrido imperdible




Los símbolos o emblemas aún latentes del socialismo se diferencian desde el vamos en la iniciativa, pero finalmente algo se parecen. Con esa premisa, María de los Angeles Lasa lleva adelante una muestra virtual en la Usina Cultural titulada “Las últimas fronteras del socialismo”.

Con una cámara Nikon D3100 y un IPhone 7 Plus (y de manera aficionada) la villamariense especialista en Relaciones Internacionales y Doctora en Ciencia Política, encaró dos destinos que no son fáciles de retratar con la lente en mano: Corea del Norte y la zona de exclusión de Chernóbil, en Ucrania.

Bien sabido es que el acceso al país norcoreano no es nada fácil y las limitaciones (a la hora de registrar la visita) son difíciles. El constante monitoreo de los guías turísticos, los medios de comunicación y los lugares de visitas (ninguno puede hacerse en soledad), generan una situación tensa.

Por otra parte, en el país ucraniano, aquello que fuera una planta nuclear, tras la tragedia de los 80, hoy es una tapera donde el abandono se respira en el aire mientras se oyen los pasos de los turistas que avanzan entre la vegetación que volvió a tomar lo que le pertenece.

En diálogo con El Diario, Lasa (radicada en Buenos Aires, pero hoy en Villa Nueva, por razones del aislamiento por Covid-19) definió un poco la muestra y también comentó el contexto, ya que ella se sumó cuando la Usina Cultural abrió la convocatoria.

“Tomé algunas clases de fotografía, siempre fue muy aficionada y nunca me animaba.  El año pasado (en la convocatoria) me arriesgué y presenté algo que tenía en mente. Estoy contenta porque la eligieron”, destacó.

Respecto a la travesía por la República de Corea del Norte, país al que “solamente pueden entrar 9 agencias autorizadas”, la entrevistada, que viajó con su madre, dijo que estaba vedado el ingreso con lentes mayores a 150 milímetros.

“Yo tenía una cámara un poco más grande y tuve que reconvertirla. También existen límites: pueden ser réflex, pero de determinadas características”, dimensionó.

Tras arribar, luego de rellenar diversos formularios y exponer sus almacenamientos de imágenes (memorias SD y micro SD), pudo por fin iniciar un trayecto que estaría todo el tiempo con la presencia de los guías (amos y señores de lo que se puede ver y retratar).

Las estatuas de los líderes, gigantescas e imponente, no pueden ser fotografiadas parcialmente, “sí o sí deben ser de cuerpo entero”, aseguró Lasa refiriéndose al gran monumento de la colina Mansu ubicado en Pyonyang.

Aun así, con su teléfono celular, y arriesgándose, la joven disparó y pudo tomar una imagen que “por perspectiva se pueden ver a las personas más grandes que a las estatuas”. 

“Eso fue una “burla” a la regla. Cuando me estaba volviendo, como tenía miedo que me secuestraran la memoria y quería guardar esa foto… pasé todo a una micro SD, la guardé en una billetera”, narró.

Una agente de Tránsito dirigiendo un tráfico que no existe

 

La señorita del tránsito

En su diálogo, siempre cargado de política y tras ser consultada respecto a qué disparos son los que más le agradan, sostuvo que los elegidos son “los de aquellas fotografías en las que no estaba sometida al control de los guardias. Es súper difícil sacar buenas fotos en un contexto de tanto control. Una de esas es la de una señorita de tránsito, que está de espaldas haciendo la venia militar”, tal imagen, también fue la que eligió como representativa de tal exposición.

“Me gusta mucho por lo que significa para occidente la señorita del tránsito … se trata de un escuadrón de mujeres que dirigen el tránsito y representan esta militarización del espacio. Su tarea la realizan dirigiendo un tránsito que no existe… es una gran mentira”

“Es como muy mentiroso todo. Las ves siempre paradas en esquinas y a ella la tomé con un fondo gris, que es lo más representativo: El gris, lo militar y la mentira”, redondeó.

Vale la pena mencionar que la mayoría de los habitantes de tal país asiático utilizan bicicletas y en algunas zonas del interior algunos ni siquiera pueden comprarlas ya que cuestan en promedio 300 dólares (frente a un ingreso mensual de 40).

 

Los colores

Advirtiendo el predominio de tonalidades ocres, la reporteada asintió: “Quería transmitir lo más posible la paleta de colores del país. Por eso mismo la muestra empieza con una fotografía en negro, toda oscura. Si hay algo que es Corea del Norte es que es un país oscuro. Esto se da por las restricciones económicas: apagan la luz a las 18 y en el hotel después de 1 de la madrugada la cortan directamente… los colores son gris o marrón”.

“Hay dos ciudades donde se ven fachadas de colores porque en la década del 90 se abrió al turismo de Corea del Sur, por contexto histórico, ya que hay un monte sagrado. En entonces, se llamó a las agencias de publicidad y comenzaron a vender el país a través de la publicidad y la televisión. Comenzaron a ponerle color a las fachadas y se lanzó un programa, pero cuando te acercas a los edificios se ven como “veteados”, una pintura de mala calidad, gastada y sin carga de color… es como algo al agua”.

 

Lo no registrado

Aquello que no se puede ver (o compartir) tal vez sea lo que más intriga de tal recorrido y también es una espina clavada que enciende su deseo de querer volver. Respecto a aquello “pendiente” que le hubiera gustado tomar fue una visita al Palacio del Sol, donde permanecen embalsamados los dos líderes anteriores que han muerto. Tal vez este sea uno de los mausoleos más grandes del mundo.

“Uno ingresa, sin cámaras, y te suben a una cinta como de aeropuerto. Son 35 minutos, a paso de hombre, con una marcha gloriosa generando algo así como una procesión forzosa. Allí, en los dos los costados se narra la historia de los dos líderes y uno va viendo las escenas de su vida… como la cuentan; me hubiera encantado retratar aquello”.

 

Shoppings del capitalismo

Por último, respecto a Ucrania, la zona de exclusión de Chernóbil, y asociándolo con el país pretérito, Lasa ironizó respecto a los “contrasentidos”. “Esto de cómo los símbolos del socialismo son exponentes del capitalismo… me gustan. Son esos “otrora”, los significantes vacíos de contenido por lo que estudié”. 

“Si bien Chernóbil no llega a ser un lugar masivo porque hay miedo a la radiación. Se vive este espíritu raro… símbolos del comunismo convertidos en shoppings de capitalismo”.

Esto último se retrata en una figura de Vladimir Lenin (emblema y principal dirigente del sector bolchevique durante la revolución de octubre de 1917, tras lo que sería el primer y máximo dirigente) que ha sido intervenida con colores llamativos: “Se trata de una escultura que estaba (y está) en la entrada de un complejo militar que es monstruoso”.

“Está afuera de este complejo y me sorprendió. Al consultar me comentaron que vandalizaron. Hay incursiones de personas que ingresan sin autorización y se acostumbraron a intervenir en el espacio público con cosas tales como grafitis, murales y esculturas”, finalizó la autora, quien jura haber tenido una vida anterior ligada a la época de los enfrentamientos políticos, económicos y sociales desatados durante 1945, en plena Guerra Fría.

La muestra de María de los Angeles Lasa puede visitarse a través del sitio web: usinacultural.unvm.edu.ar .

 

Claves

Corea del Norte es, oficialmente, una república socialista ; Kim Il-sung, el fundador del Estado norcoreano, es considerado el Presidente Eterno de la República. Su hijo Kim Jong-il fue comandante supremo del Ejército, presidente de la Comisión de Defensa Nacional y jefe del Comité Militar del Partido del Trabajo de Corea, pero hasta julio de 1995 no asumió formalmente la jefatura del Estado y del Partido, que quedaron vacantes temporalmente. A Kim Jong-il no se le trataba con el título de presidente, como a su padre, sino con el de “dirigente”.

Tras la  muerte de éste último, el hijo menor, Kim Jong-un, fue nombrado heredero de los poderes políticos de su padre en octubre de 2010, a los 27 años de edad hasta la actualidad.

El accidente de Chernóbil fue un accidente nuclear sucedido el 26 de abril de 1986 en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en el norte de Ucrania, que en ese momento pertenecía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, a 3 km de la ciudad de Prípiat, a 18 km de la ciudad de Chernóbil y a 17 km de la frontera con Bielorrusia.

 

Perfil de la autora
María de los Angeles Lasa nació en el año 1986 en Villa María. Es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de Córdoba, magíster en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford (Reino Unido) y doctora en Ciencia Política por la Universidad de Camerino (Italia).


Publicado en El Diario del Centro del País


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