19 jul 2016




Federico Fahsbender publicó durante esta semana en el portal Infobae la nota que habla de las condiciones inhumanas que existen en los penales de Olmos y Marcos Paz. 
Se dice que la Procuvim (Procuraduria de Violencia Institucional), organismo nacional que controla la violencia en diferentes reductos, visitó diferentes hospicios en donde encontró condiciones de vida inhumanas. 
Lo que se encontró fueron sospechas de corrupción, quejas de los presos por comida podrida, heces de rata y poca higiene. Además, con el frío del invierno, no se han arreglado las ventanas de las celdas y los reos están prácticamente encerrados al aire libre. 

Dice Infobae: 
En el vocabulario burocrático del Unidad Penitenciaria Bonaerense N°1, la cárcel de Lisandro Olmos, el término"Sector de Aislamiento de Convivencia" es al menos un eufemismo. "Buzones" o "leoneras" es la denominación más conocida. Son 22 pequeñas habitaciones de un metro por metro con un camastro de cemento y una letrina, sin ventilación y con una pequeña rendija en la puerta; allí se envía a los presos que son separados del resto de la población. Los presos de Olmos pueden terminar en una de esas habitaciones, al menos en teoría, de dos formas: como respuesta a un pedido de ser separado del resto de sus compañeros de encierro en el pabellón de cara a algún problema, o para recibir un castigo. El penal de Olmos, como edificio, tiene más de cien años. El área de Aislamiento queda, precisamente, en sus catacumbas; los "buzones" ocupan una parte del helado subsuelo.
Cuando el fiscal general Miguel Palazzani, titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad del Ministerio Públicoy su comitiva -que incluyó al fiscal ad hoc José Nebbia, al premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y a miembros de la Comisión Provincial por la Memoria- recorrieron la línea de "buzones" de la cárcel de Olmos en el marco de una inspección general el 30 de junio último, se sorprendieron al verun brazo humano demacrado salir de una de las rendijas.Entre los tatuajes tumberos y las uñas amarillas, había una serie de tajos recién hechos con sangre fresca. El interno, llamado Alfonso, de unos 35 años, escuchó los pasos venir desde el pasillo y sacó su brazo, pidiendo a gritos que lo trasladen del sector. La Procuvin determinó que se había cortado recientemente con una hoja de afeitar y que no había recibido ningún tipo de atención médica.
Los efectivos del SPF tuvieron que abrir la puerta a pedido de Palazzini y su equipo. Vieron que el colchón sobre el camastro era una ruina manchada de heces; las paredes se veían, en pleno invierno, cargadas de humedad. La humedad, por otra parte, era tanta que el piso se veía mojado. La letrina, tapada, estaba en un estado deplorable. Otro interno, alojado en el "buzón" 11, afirmaba estar hace un mes ahí. El detenido aseguró que, en todo ese tiempo, el Servicio Penitenciario Bonaerense no le permitió tener contacto con su defensor. Es decir, nadie sabía que estaba en el "buzón". Denunció también la falta casi total de comida y de papel higiénico: terminó por limpiarse el trasero con pedazos de su propia ropa. Otro detenido que aseguró padecer de HIV reportó que a pesar de los repetidos pedidos no recibió atención médica, tras noches de dormir en un colchón mojado con agua que brotaba de las paredes.
Ningún preso podía acceder a la comida a la que llegaban sus familiares, reportó la Procuvin. La comida, si es que llegaba, según los testimonios, eran huesos con grasa, polenta duras y verduras frecuentemente podridas. En ninguna celda del sector de Aislamiento se detectó una canilla; no hay suministro de agua. Para todos los presos en el "buzón", el régimen, según información de la Procuvin, es idéntico: casi 24 horas al día adentro con salidas de apenas 20 minutos a una hora. Todo era fotografiado lo más minuciosamente posible por los fotógrafos del MPF. Dichas imágenes ilustran esta nota.
Tras la inspección, Palazzini y la Procuvin razonaron que estas condiciones de detención serían equivalentes a la tortura. El día después de visitar Olmos, realizaron una fuerte denuncia penal de casi 20 carillas en la Justicia bonaerensecontra las  autoridades de Olmos. "Dejamos señalados como responsables de lo que aquí se denuncia al Director Javier Cáceres y a los Subdirectores Sergio Bagnasco, Prefecto Pablo Overti, Subprefecto Rodolfo Wolfson del Establecimiento, Jefe del Penal y de Vigilancia y Tratamiento Alcaide mayor Rafael Herrera. Al Subjefe del Penal Juan Tossi, al inspector Juan Vega del pabellón SAC y al encargado del pabellón de separación Jonathan Orlando", puntualizó el texto. La Procuvin no solo reclamó una urgente inspección judicial de la cárcel y que los presos entrevistados sean puestos a inmediato resguardo; pidió también la clausura inmediata del sector de aislamiento. La UFI N°2 de La Plata será la encargada de investigar estas acusaciones y evaluar la prueba provista.


  Heces en el colchón de una celda. 

 La pierna lastimada e infectada de un reo. 

Heces de rata

 Baños en condiciones inutilizables

La humedad brotando desde las paredes.  


Viste de uno de los "buzones"

 La humedad bajo el colchón de una celda. 


Fotos familiares y restos de pan duro. 

Visión de una celda. 

Estado de los colchones del penal. 


El espejo, alguna de las conexiones con el afuera


Un preso muestra una infección en su boca. 


Muchos presos se niegan a recibir comida ya que dicen que estaba en avanzado estado de putrefacción.


El arcaico sistema de ficheros. 


Celdas con vidrios rotos. 


Presos a la intemperie. 


Almuerzo. 

Las condiciones de la cocina.

La falta de aseo genera no querer comer. 

Estado de un pabellón

Presos improvisan unas batatas sobre un brasero. 

El frio se hace sentir. 

Falta de limpieza. 

Celda inundada

Huesos y heces de rata. 

Mas heces de rata

Un sistema improvisado para bloquear el paso de las ratas.




1 COMENTARIOS DE LA VAGANCIA :

Anónimo dijo...

A veces son peores las condiciones y el trato 😔

De viejas tempestades

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