17 may 2016


-          ¿Dónde está su padre?
-          Ahora lo tengo bien adentro.
Esas fueron las palabras de Raul Ernesto Piñel, quien desde 2008 está alojado en la unidad número 34 del conocido hospital psiquiátrico Melchor Romero acusado de “homicidio agravado por el vínculo” por de haber asesinado y descuartizado a su padre, guardado sus riñones y corazón  para comer parte de ellos en un guiso.



El hecho ocurrió durante una fría tarde-noche de Junio en Daireaux, una localidad pequeña, que cuenta con doce mil habitantes, ubicada en el Gran Buenos Aires.
Para ser más exactos, el día 29 de Junio, un vecino se acercó a la casa de Raul E. Piñel, para saludar a Raul P. Piñel (padre) y fue atendido por  el primero que, con las manos ensangrentadas, le dijo que su padre no estaba.
Éste vecino, luego de ver dicho escenario, se dirigió a la policía asegurando haber visto al joven y también el piso de la morada lleno de sangre. Las fuerzas, rápidamente llegaron al domicilio en cuestión: una humilde vivienda de ladrillos sin revocar en el barrio Don Cándido. Al entrar por la fuerza, los uniformados se encontraron con un panorama macabro. En el piso, yacían distintos restos humanos (entre huesos y órganos). Para ser más descriptivos, el expediente cuenta que había viseras desparramadas, restos de lo que fuera la columna vertebral de la víctima (aparentemente cortada con una pala) y dentro de una “chanchita” – también conocida como Salamandra - más restos del cadáver descuartizado.
Eso no era todo. A un costado, sobre una cocina blanca algo se cocinaba a fuego lento. Los efectivos, tras haberse acercado para ver cuál era la cena de Piñel, dieron con una especie de guiso que contenía: Ajo, cebolla, vinagre, aceite, tomate  y, flotando en el centro de olla, los riñones y el corazón de su padre. Dichos órganos vitales fueron reconocidos rápidamente ya que no se encontraban siquiera fileteados. Al cuadro espeluznante que vieron las autoridades lo completaban una botella de vinagre de manzana y una varilla de pan “pellizcada” en su punta. Un examen más exhaustivo demostró que ambos órganos no se encontraban completos y presentaban mordidas compatibles con la de los dientes de un humano.
-          Me las pagaste todas juntas – dijo finalmente Piñel, mirando la olla.
Al ser indagado, el acusado confesó que a su padre lo había asesinado un día antes con un cuchillo de cocina tipo “Tramontina” momentos en lo que tuvo una discusión. Los distintos vecinos del barrio aseguraban que Piñel Padre era muy conocido en el pueblo por haber maltratado durante años a su esposa y a sus hijos, motivos que más adelante trascenderían por distintos medios de todo el país y el mundo.
Vale la pena mencionar, que al momento de haber sido arrestado, el asesino se encontraba en la casa gozando de una salida transitoria (cumplía en el penal de Urdampilleta una condena por robo calificado)

Se hablóen aquellos tiempos de HannibalLecter, quien brillaba en el cine mundial. También se asoció al culpable con una secta. Muchas versiones y opiniones dieron vuelta de manera incansable por  el imaginario popular y urbano. Finalmente, en 2011, las pericias confirmaron que Piñel era un enfermo psiquiátrico que no comprendía lo que hacía. Fue declarado inimputable y en este momento está bajo la tutela del Juzgado de Ejecución Penal de Trenque Lauquen.

* Publicado en EL Observador de Monte Maíz  

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