17 oct 2011




AGUA BENDITA

Veo como asciende el aire hecho burbujas. Subo. Salgo de la piscina.

Afuera el aire ahoga. Estamos en enero y hace, obviamente, demasiado calor. Me sofoca, extraño el agua por un momento.

Un par de pasos realizados me hacen chocar con mi familia. Es esta una bella tarde de estival si uno esta a la sombra. Como aquí, en el patio de casa. Bajo el paraíso, un viejo árbol que conservamos hace varías generaciones, se encuentra mi madre junto a mi abuela. Las observo, intento leerles los labios ya que mis hermanos juegan y hacen demasiado ruido.

Repentinamente mi hermano más pequeño, uno de los dos que han venido esta tarde, rompe en llanto. Presuntamente e ha golpeado con el borde de la piscina. Su dedo pequeño se ve definitivamente morado. Mientras tanto mi otro hermano observa. Mi madre detiene su charla y acude rápidamente, vociferando frases cariñosas y aduladoras.

De fondo, las aves trinan. Ya el sol comienza a caer.

Mientras mi madre acaricia el pie de mi hermano conversa con mi abuela; le habla acerca de trabajo, de su cansancio, de los problemas conyugales. Mi abuela la interrumpe continuamente con sus opiniones y críticas. Mi hermano sigue llorando, el otro pequeño canta.

Me siento aturdido. Desde mi aproximación no he movido mis pies hacia otro rumbo. Me pregunto si no estaré volviéndome neurótico por plantearme tal situación.

Corro, salto al agua: me hundo.

Veo la elevación de las burbujas y vuelvo a nacer.


1 COMENTARIOS DE LA VAGANCIA :

Lúnula Celeste dijo...

No Podes Ser Asi! Te odio tanto, de la mejor manera en la que te puedo odiar, admirándote. Me dieron ganas de estar ahi con vos bajo el agua.
Besos!

De viejas tempestades

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